En la mañanera de este viernes, el presidente lanzó dardos contra las privatizaciones neoliberales de los gobiernos que le precedieron, pero su gobierno las ha dejado intactas cuando no profundizado.
Comenzando con el tema de las playas, la mañanera de este viernes tuvo como punto de partida del presidente las privatizaciones de diversos espacios y empresas trasnacionales por parte de los gobiernos neoliberales del PRI y el PAN. AMLO apunta a que no hay playas públicas “porque todo lo privatizaron”; es bastante curiosa la denuncia, ya que, aunque es correcta, no dice nada sobre las otras privatizaciones que sus partidarios hacen: Claudia Sheinbaum, quien apunta a ser la favorita para sucederlo, recientemente aprobó un convenio —ampliamente denunciado por habitantes de la capital y activistas de la vivienda— con la empresa AirBnb para atraer "inversiones", pero que apunta a gentrificar aún más la Ciudad de México y encarecer la vivienda, de por sí ya impagable en varias colonias.
Mencionó brevemente el caso de la Guuardería ABC, la cual, a su juicio, tiene su origen en la privatización. Posteriormente apuntó al gobierno de Vicente Fox, el cual puso a “todos los salinistas a su gobierno”. Nuevamente una denuncia muy curiosa viniendo de quien puso a cargo de la Comisión Federal de Electricidad a Manuel Bartlett, quien en el Halconazo laboraba ya en la Secretaría de Gobernación (la encargada del operativo que desencadenó la masacre) y que en 1988 permitió la encumbración del "innombrable" Salinas de Gortari en la presidencia.
Efectivamente hubo muchas expectativas con Fox, en gran parte gracias al PRD en el cual él militaba como jefe de gobierno del DF, el cual llamó a la izquierda institucional a darle un "bono democrático" al candidato del blanquiazul para destronar al PRI. Pero Fox, como presidente de un partido de ultraderecha y católico como el PAN, poco hizo para traer los cambios que se esperaban por parte de las masas. AMLO responde que él y el Morena traen “cambio verdadero porque lo otro fue publicitario”. Cabe preguntarse si realmente hay un cambio verdadero.
Con el Morena se ha mantenido la militarización cuando AMLO declaró en campaña que regresaría al ejército a sus cuarteles. Se mantiene la legalización del subcontrato y la precarización laboral e incluso se reproduce en los programas sociales del gobierno como PILARES. En materia de hidrocarburos, a pesar de su discurso soberanista, las gasolineras imperialistas como Total, Shell, Texaco y British Petroleum (todas ellas expropiadas por el mismo Lázaro Cárdenas cuya imagen adorna los logos presidenciales de la 4T) operan cada vez más en el país, incluso teniendo propaganda en el transporte público.
Es necesario revertir las medidas neoliberales y privatizaciones que llevaron a cabo el PRI y el PAN, sí, pero no es posible hacerlo de la mano del Morena y los partidos de la 4T que ya declararon que "no van a nacionalizar ni un tornillo". Solamente con la movilización independiente de los trabajadores y jóvenes será posible concretar esta perspectiva y que las empresas sean renacionalizadas bajo control de sus trabajadores en coordinación con los consumidores mediante comités donde se decida el precio y cuánto producir en función de las demandas sociales y no la sed de ganancia empresarial que motivó las privatizaciones (abiertas y veladas) que denuncia López Obrador. Privatizaciones que denuncia mucho pero que no revierte.