Golpes, amenazas y detenciones son las respuestas cada vez más constantes de los distintos gobiernos ante las protestas feministas; mientras la ola de violencia crece y los feminicidios y desapariciones no cesan. Reproducimos aquí la declaración de la Agrupación de mujeres y disidencias Pan y Rosas México.
La tarde del 1 de mayo fue convocada una movilización para exigir justicia ante los casos de desapariciones en el estado de Guanajuato. Cientos de mujeres se dieron cita en el Parque Irekua y salieron rumbo al Palacio Municipal de Irapuato.
Ahí, algunos sectores de las manifestantes realizaron pintas en las inmediaciones del palacio municipal, pretexto suficiente para que decenas de elementos comenzaran a perseguir a las manifestantes e incluso a la prensa que estaba presente en la manifestación.
El despliegue fue encabezado por el grupo de policías mujeres “Vivo Segura”, quienes supuestamente están capacitadas en perspectiva de género. Nuevamente se muestra que, más allá del discurso con el que intentan legitimar a la policía hablando de “policías mujeres” o de su capacitación en “perspectiva de género”, su verdadera función es precisamente reprimir a quienes se manifiestan. Algo que ha quedado comprobado no solo en este caso, sino en múltiples ocasiones, incluida la CDMX que con el grupo Atenea ha reprimido manifestaciones.
Con golpes y amenazas detuvieron a 30 de las asistentes a la manifestación, entre ellas a 5 menores de edad. Mientras el secretario de Seguridad Ciudadana de la entidad, Víctor Armas, sostiene que las manifestantes fueron “resguardadas” y se garantizo "el respeto a su integridad y salvaguardando sus derechos humanos” los videos que fueron difundidos en redes sociales muestran que el actuar de la policía fue todo lo contrario golpeando, derribando e insultando a las manifestantes que detuvieron.
No tenemos miedo, tenemos pruebas #LoVimosTodas pic.twitter.com/bNG8g1E2PX
— Irapuatofeminista (@Irapuatofem) May 2, 2022
Sumado a esto, antes de ser transportadas al Centro de Reinserción Social (Cereso), fueron retenidas al interior del palacio municipal, lugar en el que fueron amenazadas y hostigadas por elementos de la policía.
Por si fuera poco, la alcaldesa panista, Lorena Alfaro García, salió a justificar la represión diciendo que son comprensivos y respaldan la lucha, pero que su gobierno no tolerará hechos de violencia y que van a proceder contra las manifestantes. También dijo que la violencia “no es privilegio de nadie” y lo que muestran los videos es que la violencia sigue siendo ejercida por la policía hacia las manifestantes.
Acá se demuestra la verdadera cara de la oposición de derecha que ha intentado hacer de nuestras demandas un botín político para golpear al gobierno. Es la misma derecha que dice estar ahora preocupada por nuestros derechos la que ocupa a la policía para acallar a quienes se manifiestan.
Discurso y realidad del gobierno de @LorenaAlfaroG en Irapuato. pic.twitter.com/3MqMrIQyCI
— Arnoldo Cuéllar (@arnoldocuellaro) May 2, 2022
Debido a las imágenes que se viralizaron en redes y gracias a la presión de las colectivas feministas y las familiares de las detenidas, las 30 manifestantes fueron liberadas 24 horas después de la detención. Sin embargo, colectivas de Irapuato llaman a no quitar el dedo del renglón, pues el comunicado de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado señala que continuaran con las investigaciones ante los actos violentos de las manifestantes.
Todo esto se da en un contexto en el que, no solo hemos visto la represión en diversas manifestaciones de mujeres, sino que también se asienta en el discurso polarizarte del gobierno federal que divide entre “feministas buenas y malas” y que por la vía de los hechos termina abonando a la criminalización de las protestas contra la violencia y por el derecho al aborto.
Esta es una situación sumamente grave en el marco de un brutal aumento de la violencia hacia las mujeres a nivel nacional, con 11 asesinatos de mujeres al día y alrededor de 6 desapariciones.
Por otro lado, esto también se suma a la ejecución extrajudicial de Ángel Yael, a manos de un elemento de la Guardia Nacional, que muestra que la continuidad de la militarización no resuelve el problema de violencia, y que incluso lo agrava.
Consideramos que el movimiento de mujeres a nivel nacional no puede dejar pasar estos actos, y debe responder como uno solo ante la represión y la criminalización, señalando que es el Estado el que sienta las bases estructurales para que la violencia en contra de nosotras se reproduzca, y también es quien reprime a quienes salimos a manifestarnos por un alto a la violencia.
El actuar tanto del gobierno como de la oposición de derecha, muestra la necesidad de que el movimiento de mujeres de fortalezca y se mantenga independiente a dichos sectores y a todas las instituciones del Estado.
Desde Pan y Rosas México denunciamos el actuar represivo del Estado y hacemos un llamado al impulso de espacios de organización independiente para hacer frente a la situación que vivimos, una coordinación nacional contra la violencia y la represión hacia el movimiento de mujeres, misma que pueda articular estas demandas con la lucha por todos nuestros derechos, incluido el derecho al aborto.