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Red Internacional

Hoy en día, algo tan esencial como ir al baño se ha vuelto un verdadero problema para las y los trabajadores. No podemos ejercer este derecho si no es con permiso y por tiempo determinado.

Miércoles 14 de octubre de 2020 | 12:57

Este "permiso" ha ido pasando de simplemente comentarlo a pedirlo, luego a rogarlo y finalmente a perderlo. En miles de fábricas a lo largo del país, los trabajadores tenemos que pensarlo varias veces antes de querer ir al baño, ya que esto puede representar pérdida de bonos, hostigamiento verbal, estrés psicológico y hasta castigo; incluso, hay lugares en donde simplemente ya no forma parte de las condiciones humanas y el tiempo que tardes se debe de pagar.

Para fomentar la presión y el estrés en los trabajadores, los patrones ponen al servicio de sus capataces diferentes métodos de persecución, para que el empleado se aguante lo más que pueda o desista y evite dicho proceso.

Uno de sus métodos es sacar una lista en la que debes anotarte para ir al baño y de regreso, te miden el tiempo, te amenazan y te reprenden si tardas.

En otras plantas es por relevos, no puedes ir al baño hasta que llegue el relevo, poniendo en jaque nuestra salud, generando infecciones de vías urinarias hasta pielonefritis bilateral, por lo que te ves obligado a seguir trabajando aunque tengas la necesidad fisiológica.

Hay empresas en las que se dan fichas. Por ejemplo, en algunas maquilas se dan 100 fichas y si no alcanzas ninguna tienes que esperar a que se libere alguna; si no lo logras, simplemente no puedes ir al baño.

Infecciones en las vías urinarias como la cistitis, infecciones renales, trastornos en el hígado y vejiga, ni hablar de los intestinos, colitis, que se mantienen en inflamación constante debido a la presión y a la falta de posibilidad para completar su proceso digestivo de forma natural. En muchas ocasiones esto puede causar enfermedades severas de colon y eventualmente derivar en cáncer. Esto se convierte en riesgo de trabajo, que después el IMSS no querrá cubrir si el empleador no cubre las cuotas de seguridad social.

Todo esto forma parte de una, completamente ilegal, práctica de explotación laboral auspiciada por los patrones y permitida por las instituciones del gobierno, como la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, la cual finge no conocer dichas condiciones inhumanas, dignas de los peores días del porfiriato, que se viven en los centros de trabajo.

La salud es un derecho humano. Estamos afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social, que no trata meramente de salud e ir al médico, sino -como dice su nombre- de la seguridad social y ésta incluye el ejercicio de nuestro trabajo. Utilizar el baño es una necesidad básica de los humanos.

• Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948: artículo 25 (1).

En la declaración se lee, lo siguiente: 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud

• Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ICESCR), 16 de diciembre de 1966: artículos 7, 11, 12.

En este acuerdo se estipula en el artículo 7, apartado b: Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial: b) La seguridad y la higiene en el trabajo

• Declaración del CESCR sobre el Derecho al Saneamiento, adoptada el 19 de noviembre de 2010: párrafos 1, 5-8

En este acuerdo se lee lo siguiente: Declaración sobre el derecho al saneamiento1 1. La falta de acceso a servicios de saneamiento afecta a la dignidad humana y menoscaba el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales.

Los tres ejemplos arriba mencionados son acuerdos firmados y aceptados por México, así que nuestro derecho al saneamiento descansa muy claro en la ley. El problema es que esa ley es letra muerta para unos cuantos que se encargan del gobierno y de las empresas.

Recuperar nuestros derechos no es tarea fácil, ya vimos que a pesar de haber una pandemia global altamente contagiosa, poco es el caso que hacen los patrones para darnos un lugar seguro para trabajar y el empeño del gobierno y la STPS para obligar a estos patrones es nulo.

Resulta irónico saber que el pasado 13 de octubre, México fue reelecto para ocupar un asiento, de los 15, para el Consejo de Derecho Humanos de la Organización de las Naciones Unidas. La Secretaría de Relaciones Exteriores hace gala de esta elección, pero omite que los derechos laborales no existen en México.

Hoy más que nunca debemos de conocer nuestros derechos, organizarnos en nuestros centros de empleo y exigir la construcción de una comisión de seguridad e higiene de los trabajadores, elegida por nosotros para desaparecer todos estos brutales abusos que cargan los patrones sobre nosotros.

Las comisiones de higiene y salud son altamente necesarias, debemos de construirlas en donde no las haya y, en donde existan, recuperarlas para que actúen en defensa de la salud de las y los trabajadores.


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