El día de hoy los integrantes del colectivo Asamblea Estudiantil de la UAM Iztapalapa al llegar a las instalaciones se encontraron con que el cubículo estudiantil que ocupaban había sido derribado, ahora en lugar de éste se encuentra un muro que divide los salones aledaños.
El colectivo Asamblea Estudiantil comenzó a organizarse en el 2006 contra la imposición de cambios a los planes de estudio para las carreras de ciencias sociales y en apoyo a la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca). En el 2008 vuelven a organizarse por las modificaciones a los planes de estudios, las cuales pretendían recortar las ideologías de carácter crítico como lo es el marxismo. En dicha lucha se ganó el derecho de los estudiantes a participar en los futuros cambios a planes de estudio.
Dos años después de su conformación el colectivo comienza a ocupar el espacio estudiantil que hasta el día de hoy se encontraba en el segundo piso del edificio E de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa (UAM-I). La ocupación de este cubículo fue acordada y firmada entre los estudiantes de biología, que tenían ya varios años haciendo uso de este salón y lo cedieron a Asamblea Estudiantil, las autoridades del plantel y los integrantes de este último colectivo.
La demolición autoritaria de este espacio responde a los sistemáticos intentos de las autoridades de la UAM por coartar el derecho de organización de los estudiantes, ya que en el 2014 los directivos de dicha universidad arrebataron al colectivo Chichilatoli y al resto de la comunidad estudiantil otro cubículo para la organización de estudiantes que se encontraba en el edificio C y era destinado para este uso desde los años 70.
El trimestre pasado los integrantes del colectivo de Asamblea Estudiantil participaron, a título personal, en la serie de asambleas, el paro y la mesa de diálogo con autoridades que hubo como respuesta al desvío de más de 7 millones de pesos destinados a la asignación de becas de movilidad. En este proceso los estudiantes denunciaron la falta de transparencia en la utilización del presupuesto de la universidad. Por esta razón se tomaron las instalaciones de las unidades de Xochimilco, Azcapotzalco e Iztapalapa, en esta última, el paro se rompió por la intervención de un grupo de choque a las 12 horas de que se inició, así que se procedió a tomar la rectoría del plantel.
La toma de la rectoría defendía un pliego petitorio de nueve puntos:
La mesa de diálogo que se llevó a cabo para negociar el pliego petitorio fue interrumpida por las autoridades al llegar al tercer punto. El 19 de septiembre la toma de la rectoría fue quebrantada por trabajadores de confianza, según el testimonio de los compañeros de Asamblea Estudiantil, dentro de este grupo de choque se encontraban el representante estudiantil Iván de la Rosa y Carlos Sosa, jefe de vigilancia, y este grupo estaba liderado por la directora de CSH Juana Juárez y el secretario de la unidad Miguel Ángel Gómez Fonseca.
El allanamiento de los espacios autónomos de organización es una política implementada no sólo por las autoridades de la UAM Iztapalapa, como podemos verlo también en el reciente desalojo, de los y las compañeras del Chanti Ollin, edificio ocupado desde el 2003 para la construcción de proyectos de autogestión.
Es evidente que la destrucción del cubículo que utilizaban los compañeros de Asamblea Estudiantil no fue por una remodelación de las instalaciones, ya que éstas se hacen al inicio de trimestre y con un informe previo. Además de que, según los compañeros de este colectivo, la ampliación de los salones ni siquiera beneficia la dinámica de las clases, por otro lado tampoco se instaló un switch para apagar la luz en una de las aulas por lo que ésta no se ha podido apagar en todo el día.
El derribo de este espacio estudiantil es una lección que pretende dar la dirección de la UAM-I, la lección de que si nos organizamos arremeten con medidas autoritarias. Cabe mencionar que este salón estudiantil era el último que quedaba en la unidad, por lo que esto fue también una manera de acabar con uno de los pocos espacios que nos quedan a los estudiantes para seguir organizándonos frente a la corrupción de nuestros directivos, los recortes presupuestales anuales para aumentar los presupuestos a la “seguridad pública”, que termina siendo el organismo mediante el cual se nos reprime y persigue, y hacerle frente a todas las injusticias productos del estado burgués en el que vivimos .
Como Agrupación Juvenil Anticapitalista consideramos que los espacios y cubículos no deberían estar sólo a servicio de los colectivos como muchas veces sucede, sino de los estudiantes, trabajadores y académicos y que sean un espacio de organización para la comunidad. Ante esta medida arbitraria y represiva contra sectores del movimiento estudiantil nos solidarizamos con el colectivo Asamblea Estudiantil Metropolitana y vemos la necesidad de que la comunidad universitaria se organice contra esta medida para defender los espacios políticos.