El periodista Julio Astillero anunció su visita a Palacio Nacional para ejercer su derecho de réplica después de ser señalado de mentiroso en la sección “Quién es quién en la mentira”.
Julio “Astillero” Hernández se presentó esta mañana a la conferencia presidencial para hacer ejercicio del derecho de réplica, después de que en la última emisión de “Quién es quién en las mentiras” haya sido tachado de mentiroso, respecto a un reportaje en el que denuncia un proyecto inmobiliario en San Luis Potosí.
El proyecto inmobiliario implica por un lado el despojo de tierras ejidales y por otro la reconversión de áreas naturales protegidas. Lo que denuncia el Astillero en su investigación es que inmobiliarias quieren construir residencias para un sector de la clase alta mexicana en haciendo uso de más de mil 805 hectáreas en la Sierra Potosina de San Miguelito, hectáreas que son parte de una zona ejidal y que además son parte de las zonas naturales protegidas.
El columnista de La Jornada se presentó denunciando el caso, el actuar irregular de la secretaria Luisa María Albores quien se encuentra al frente de la Semarnat – SecretarÍa del Medio Ambiente y Recursos Naturales-, así como la inexistente intervención de presidencia en el caso ante el llamado de los defensores de la tierra en la zona.
Una vez mostrada las pruebas del caso de San Miguelito y defendiendo su investigación, señaló a Elizabeth García Vilchis –vocera de presidencia- por llamarlo mentiroso en la última emisión de Quién es quién en las mentiras, agregó que, de no tener una disculpa pública de la funcionaria, actuará legalmente contra ella.
En una entrevista posterior a la mañanera, Astillero afirmó que el presidente se comprometió a “no dañar a la Nación en esas mil 805 hectáreas”. Resultado con el que el periodista se mostró satisfecho.
Indudablemente la denuncia que hizo hoy el periodista es legítima y necesaria, sin embargo, nos cuestionamos por qué se obtiene respuesta hasta que una figura pública como el Julio interviene generando gran movimiento en redes sociales.
Esto mientras el presidente, en estas mismas conferencias matutinas, ha atacado a defensores ambientalistas y periodistas incómodos, acusándolos de “conservadores”.
Ni ellos, ni las comunidades afectadas por megaproyectos y defensores de DDHH han tenido la misma oportunidad de ser escuchados, dejando claro que el interés del gobierno por atender estas inquietudes responde más a una agenda mediática que a responder al clamor de quienes se oponen a megaobras, al despojo y al asesinato de defensores de la tierra.
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