Reproducimos la participación de las compañeras de la agrupación Pan y Rosas, en el mitin central de Hermosillo, Sonora.
En el marco internacional por el día de la lucha contra la violencia hacia las mujeres, las calles se pintan de morado recordando a las hermanas Mirabal quienes se levantaron contra la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana.
Hoy 25 de noviembre somos miles de mujeres que salimos a las calles a exigir mejores condiciones, por una vida digna y por todas las mujeres que nos fueron arrebatas a manos de la violencia machista y un Estado capitalista y patriarcal impregnado en impunidad y acompañado del silencio y omisión de las instituciones, dejando nuestros derechos invisibilizados.
Ante esto, según cifras oficiales, en el primer trimestre del año asesinaron en el país a 1,889 mujeres y sólo 508 fueron clasificados como feminicidios. En Sonora, de enero hasta agosto, 31 mujeres fueron asesinadas por motivos de género.
A dos años de la pandemia por Covid-19, la realidad para las mujeres nos ha mostrado un grado de violencia superior, íntimamente vinculada a la precarización laboral, siendo las mujeres más pobres y de sectores populares las más expuestas a ella. Durante este periodo se incrementaron en un 60% los casos de violencia doméstica, así mismo, se presentó una alta demanda en refugios para mujeres víctimas de violencia, sin olvidar que son estos mismos centros los que sufrieron el recorte presupuestal.
Al mismo tiempo, las mujeres despedidas fueron principalmente las de trabajos más precarizados, un claro ejemplo son las obreras de las maquiladoras, siendo algunas de estas quienes sufrieron los despidos en el transcurso de la pandemia por presentar enfermedades crónicas degenerativas y por ser mujeres mayores, pues la barbarie capitalista ha demostrado que las ganancias pasan por encima de la vida de las mujeres.
Así mismo, están las mujeres que no pararon de laborar ni pudieron resguardarse durante el confinamiento, como las jornaleras agrícolas en los campos, siendo a quienes las patronales dejaron sin acceso a la seguridad laboral.
No olvidamos hoy a nuestras hermanas migrantes, que viven la violencia de grupos del crimen organizado, la Guardia Nacional y agentes de migración, cuando su único delito es buscar un futuro digno para ellas y sus familias.
Hoy es otro día para recordar que el género nos une, pero la clase nos divide ante esta ola de precariedad y opresión, porque no todas vivimos de la misma forma. No confiamos en los gobiernos que dicen ser la "Cuarta Transformación", pero que a través de sus mujeres que gobiernan y legislan, mantienen los recortes a salud y educación mientras siguen destinando recursos a la militarización del país. Tampoco confiamos en la derecha oportunista que se quiere pintar de feminista, pero que donde gobiernan, junto con la Iglesia, nos siguen negando el derecho al aborto legal y educación sexual integral.
Desde Pan y Rosas Sonora, exigimos plenos derechos laborales para todas y todes. Nos pronunciamos por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito para todas las mujeres y personas gestantes, así como plenos derechos sexuales y reproductivos para toda la población.
Hacemos un llamado a la unidad del movimiento de mujeres y disidencias en la lucha contra la violencia, la opresión y la explotación. Hoy el miedo se va a transformar en justicia social dejando en claro que ¡si nos tocan a una, nos organizamos miles! y porque los derechos los hemos conquistado organizadas y siendo miles en las calles.